A team of over 100 scientists has mapped the cellular activity and structure of a cubic millimeter of a mouse brain, a feat previously considered impossible. This groundbreaking achievement involved the collection of 1.6 petabytes of data.
This study is considered a significant milestone, offering hope for mapping the entire brain of a mouse in the future. The study advances our understanding of how the complex interplay of excitation and inhibition within the brain contributes to human thought.
The work builds upon over 130 years of research, beginning with Santiago Ramón y Cajal’s observations of individual neurons. This new achievement allows scientists to study a significantly larger scale of neural networks than ever before.
Despite this success, the sheer complexity of the brain remains a challenge. The vast amount of data collected and the complexity of the analysis highlight the considerable resources required for such research. However, the study presents a positive outlook for further investigations into the intricacies of the brain.
El cerebro humano es tan complejo que a los cerebros científicos les cuesta darle sentido. Un trozo de tejido neuronal del tamaño de un grano de arena puede estar repleto de cientos de miles de células unidas por kilómetros de cableado. En 1979, Francis Crick, científico galardonado con el premio Nobel, llegó a la conclusión de que la anatomía y la actividad en tan solo un milímetro cúbico de materia cerebral superaría para siempre nuestra comprensión.
“Es inútil pedir lo imposible”, escribió Crick.
Cuarenta y seis años después, un equipo de más de 100 científicos ha logrado ese imposible, registrando la actividad celular y cartografiando la estructura en un milímetro cúbico del cerebro de un ratón, menos del uno por ciento de su volumen total. Para lograr esta hazaña, acumularon 1,6 petabytes de datos, el equivalente a 22 años de video de alta definición sin interrupción.
“Se trata de un hito”, dijo Davi Bock, neurocientífico de la Universidad de Vermont que no participó en el estudio publicado el miércoles en la revista Nature. Bock dijo que los avances que hicieron posible trazar el mapa de un milímetro cúbico de cerebro eran un buen augurio para un nuevo objetivo: trazar el mapa del cableado de todo el cerebro de un ratón.
“Es totalmente factible, y creo que vale la pena hacerlo”, dijo.
Han pasado más de 130 años desde que el neurocientífico español Santiago Ramón y Cajal observó por primera vez neuronas individuales al microscopio, distinguiendo sus peculiares formas ramificadas. Generaciones posteriores de científicos descifraron muchos de los detalles de cómo una neurona envía un pico de voltaje por un largo brazo, llamado axón. Cada axón entra en contacto con pequeñas ramificaciones, o dendritas, de las neuronas vecinas. Algunas neuronas excitan a sus vecinas para que emitan picos de voltaje propios. Otras silencian a otras neuronas.
El pensamiento humano surge de algún modo de esta mezcla de excitación e inhibición. Pero cómo ocurre eso ha sido un gran misterio, en gran parte porque los científicos solo han podido estudiar unas pocas neuronas a la vez.
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