«Preferimos a los okupas a que vuelva el propietario del piso de Santutxu» | El Correo


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Eviction in Santutxu

An eviction took place in Santutxu, Spain, involving a property previously occupied by squatters. The evicted squatters were a group of young Maghrebi individuals who had occupied the property for a couple of years without causing significant issues for the neighbors.

Reasons for Neighbor Preference

Neighbors expressed a preference for the squatters over the property's owner due to the owner's history of problematic behavior, which includes:

  • Numerous complaints from neighbors
  • Police involvement
  • Allegations of threats and even death threats towards neighbors
  • Damage to other properties

The neighbors indicated that the squatters, while illegally occupying the property, were peaceful and caused no disturbances. One neighbor even mentioned the squatters assisting her with groceries.

Aftermath

The owner, who had been sleeping in his car, is now returning to the property, resulting in fear among the neighbors.

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Este martes se ha ejecutado un desahucio en la parte alta de la calle Iturribide, ya en Santutxu. La comitiva judicial y la Policía local se han presentado en la zona sobre las nueve y media de la mañana para desalojar a los jóvenes que llevan un par de años okupando un piso. La expulsión se ha realizado sin incidentes. Lo curioso ha sido la reacción de los vecinos que viven cerca de esta vivienda. Todos prefieren que se queden los okupas antes que volver a convivir con su vecino.

Se trata de un conflicto que lleva años enquistado. El hombre al que okuparon la vivienda acumula numerosas denuncias de sus vecinos y la Policía local se ha personado en el inmueble de Santutxu en numerosas ocasiones.

Amenazas de muerte

Una mujer le denunció por amedrentarla con un cuchillo. Otros vecinos aseguran que ha causado daños en sus viviendas y que también les ha amenazado de muerte. También le pidieron una orden de alejamiento de unos residentes.

En estas circunstancias, el hombre se marchó de la vivienda, que no tardó en ser okupada por un grupo de jóvenes magrebíes. Los vecinos insisten en que no les han dado ningún problema durante el tiempo que han estado allí. «Sabíamos que no estaban de forma legal, pero no hacían ruido y no causaban problemas. Hasta me ayudaban a subir la compra», explica una vecina.

El asunto es que el hombre llevaba los últimos meses durmiendo en un coche en la calle mientras se materializaba el desahucio. Los vecinos han despedido a los okupas y reciben al propietario con «miedo».

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