La Audiencia Provincial de Sevilla ha enviado al banquillo por un presunto delito de violencia de género a David Bravo, exdiputado de Podemos en el Congreso y abogado de Silvia Intxaurrondo. El tribunal considera que existen sólidos “indicios” de que Bravo insultó, vejó y agredió psicológicamente de forma reiterada a su expareja, B.B.M., según una resolución del pasado 23 de junio a la que ha tenido acceso El Confidencial.

Bravo, que reside en Sevilla, logró un escaño por la provincia de Almería en las generales de 2015, pero renunció a ir de nuevo en las listas del partido de Pablo Iglesias en las elecciones de 2016. Antes de saltar a la política, Bravo se hizo conocido como letrado experto en propiedad intelectual. Su última aparición en los medios se produjo el pasado mayo, cuando Silvia Intxaurrondo le agradeció públicamente su ayuda en un juicio contra un medio de comunicación.

Días después, la Audiencia Provincial de Sevilla acordó el procesamiento de Bravo por presuntos malos tratos a su expareja, aunque la resolución judicial no ha trascendido hasta ahora. Según los documentos consultados, los hechos se produjeron presuntamente a lo largo de 2020 y 2021, cuando la víctima estaba embarazada del único hijo de ambos y tras el nacimiento del bebé.

El tribunal enmienda la plana a Francisco Manuel Gutiérrez Romero, titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Sevilla, que había acordado el sobreseimiento parcial de las diligencias sin tener en cuenta informes periciales elaborados por organismos independientes que ratificaban los indicios de malos tratos y también ignoró testimonios que apuntalaban la denuncia. Este juez decidió que la causa continuara contra Bravo, pero únicamente como un delito leve de vejaciones.

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Pero la Audiencia ha resuelto ahora que Bravo debe sentarse en el banquillo por unos hechos indiciariamente graves. Según su resolución, el exrepresentante electo de Podemos habría agredido a B.B.M. aprovechando que esta, originaria de Madrid, se había desplazado a Sevilla para iniciar una vida en común y carecía del más mínimo apoyo familiar o cualquier otro entorno en la capital hispalense.

“La presunta víctima, en su declaración judicial, ratificó la denuncia presentada y afirmó que a lo largo de su relación con el investigado, éste le ha amenazado con destruirle la vida diciéndole que la va a machacar porque está sola”, expone el auto. “Teniendo en cuenta que los delitos en el ámbito de la violencia doméstica y de género se producen ordinariamente en la intimidad y clandestinidad, [su declaración] cuenta con corroboraciones periféricas que le dotan de verosimilitud”.

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En ese sentido, la Audiencia subraya que uno de los testigos que ha avalado la versión de B.B.M. es un transeúnte que se la encontró en la calle después de que Bravo la echara de casa. “Este hombre no es solo testigo de referencia de lo narrado por la víctima sobre la existencia de insultos y vejaciones, sino también testigo directo de la presencia de la denunciante, el día 26 de junio de 2021, en la calle, llorando y perdida, día en que la denunciante le dijo que su novio la había echado de la casa”, expone la Audiencia Provincial. Posteriormente, Bravo la echó de casa en una segunda ocasión en la que estaba embarazada.

“Acorralada”

Asimismo, consta en las actuaciones la declaración de la empleada del hogar, que manifestó que Bravo “alzaba la voz y no hablaba a la denunciante; que cuando ésta le hablaba, la ignoraba; que veía a la misma nerviosa y descompuesta, bajo su percepción, acorralada”.

Esta testigo también ofreció detalles sobre otro supuesto episodio del abogado, que además de representar a la periodista de RTVE ha asistido en el pasado al escritor Máximo Pradera; al activista Rubén Sánchez y al creador de la página de enlaces de retransmisiones deportivas Rojadirecta, Igor Seoane, entre otros. Según la defensa de B.B.M., en un ataque de cólera, el exdiputado de Podemos le tiró a la cabeza un biberón lleno de leche. La mujer logró protegerse escondiéndose tras una puerta. La empleada del hogar “señaló que tuvo que limpiar los restos del biberón y le preguntó a ella [B.B.M.] y no quiso contarle nada”, señala el auto.

A estas declaraciones se suman dos informes psicológicos presentados por la víctima, que describen que sufre un “trastorno de estrés postraumático compatible con una situación de violencia de género”; y otros dos dictámenes emitidos por la Unidad Integral de Violencia de Género, dependiente del Instituto de Medicina Legal.

Uno de estos últimos informes, elaborado en Madrid, “concluye que se ha identificado la presencia de indicadores compatibles con la existencia de una relación de maltrato continuado en el seno de la relación de pareja”. “Desde el punto de vista psíquico, se ha identificado la presencia de secuelas psicológicas consistente en sintomatología de corte postraumático que puede atribuirse a la evolución de su relación de pareja mantenida con el Sr. Bravo”.

Con todas estas piezas encima de la mesa, la Audiencia Provincial de Sevilla considera que “existen indicios suficientes” para sentar en el banquillo al abogado y “dejar el sobreseimiento sin efecto”. En la actualidad, B.B.M. tiene la custodia exclusiva del menor y este pasa con Bravo dos fines de semana al mes y parte de las vacaciones de verano. El acusado afirma que gana poco dinero y que sólo puede abonar una pensión de alimentos mínima.

"Sustracción de menores"

Según ha podido saber El Confidencial, en paralelo a la denuncia por violencia de género, Bravo demandó a B.B.M. por sustracción de menores por no regresar con el niño a Sevilla después de un viaje familiar a Madrid. El letrado ha conseguido que otro juez de Sevilla procese a su expareja, aunque la decisión está recurrida ante la Audiencia Provincial de la capital andaluza.

La defensa de B.B.M. alega que no volvió a Sevilla por un ataque de ansiedad, ante la situación de violencia que sufría. Además, sostiene que comunicó desde el primer instante a su exnovio el paradero del niño y que nunca le impidió verlo.

La Fiscalía apoya la versión de B.B.M. y pide el archivo de la causa por sustracción. “Se entiende que concurrió causa justificada que excluye la comisión del delito, al existir desde el inicio y en la actualidad indicios de una posible situación de violencia de género (con independencia de su calificación) de la que la ahora querellada pretendía protegerse, provocando la ruptura inmediata y el traslado con su hijo a la casa familiar de sus padres en Madrid”, argumenta el Ministerio Público.

La Audiencia Provincial de Sevilla ha enviado al banquillo por un presunto delito de violencia de género a David Bravo, exdiputado de Podemos en el Congreso y abogado de Silvia Intxaurrondo. El tribunal considera que existen sólidos “indicios” de que Bravo insultó, vejó y agredió psicológicamente de forma reiterada a su expareja, B.B.M., según una resolución del pasado 23 de junio a la que ha tenido acceso El Confidencial.