Un profesor universitario pro-Putin lleva a sus alumnos a la Embajada rusa: “No nos conformamos con la propaganda” | España | EL PAÍS


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Controversial Visit to Russian Embassy

A professor at the Universidad San Pablo CEU in Madrid, known for his pro-Kremlin stance on the Ukraine war, led his Geopolitics, Security, and Defense master's students to the Russian embassy. He justified this visit as a quest for truth beyond what he considers biased Western media.

Pro-Putin Professor's Views

The professor, Antonio Alonso, has a history of expressing pro-Putin views on YouTube, even suggesting that a global war has been averted due to Putin's restraint. He has further made controversial statements about the war in Ukraine.

  • Claiming that Ukraine invited civilians to a military act to stage an attack.
  • Accusing Western media of manipulating the narrative to turn public opinion against Putin.
  • Repeating Russian propaganda terminology like “intra-Ukrainian conflict” and “special military operation.”

Criticism and Response

The visit provoked strong criticism from other academics, particularly after a deadly Russian missile attack on Sumi. Alonso's justification for the visit focused on seeking different perspectives and engaging in open dialogue, comparing his actions to Pope Francis’ visit to the Russian embassy in the Vatican.

CEU's Response

The CEU (Universidad San Pablo CEU) stated they were unaware of the visit but didn't disapprove of it, considering it similar to visits to other embassies. They emphasized the importance of providing students with tools to form their own opinions. The institution is linked to the Association Católica de Propagandistas (ACdP), a group with increasing political influence.

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Un profesor de la Universidad San Pablo CEU de Madrid que difunde reiteradamente opiniones sobre la guerra de Ucrania favorables al Kremlin llevó el 10 de abril a un grupo de sus alumnos del Máster de Geopolítica, Seguridad y Defensa a la Embajada rusa. El propósito era buscar “la verdad” más allá de “la propaganda”, según ha explicado el profesor de Ciencia Política, Antonio Alonso, para defender su visita de las críticas.

Pero en la propia visita hubo propaganda. Eso sí, con sello oficial de Rusia, una potencia nuclear que ha invadido un país europeo, que lleva años buscando la desestabilización de la UE y que el club comunitario considera una amenaza directa para su seguridad. Según publicó la Embajada rusa en su web, los anfitriones ilustraron a los alumnos sobre el “conflicto intraucraniano”, una fórmula usual de la narrativa oficialista rusa, que trata de presentar la guerra como resultado de un enfrentamiento entre ucranios, no de la invasión de 2022. Dos diplomáticos rusos expusieron su visión sobre lo que llamaron ante sus invitados no “guerra”, cuya existencia no reconocieron, sino “operación militar especial”, explica por teléfono Rodrigo Palacios, un doctorando que estuvo presente en el encuentro y lo considera estrictamente académico. Se trata de otra expresión propia de la propaganda rusa.

El profesor Alonso acredita una extensa trayectoria de manifestaciones favorables a Vladímir Putin en el canal de YouTube Negocios TV. “Si [los europeos] no estamos en guerra es gracias a Putin”, afirmaba el año pasado sobre una contienda mundial que, a su juicio, solo se evita por la “contención” del líder ruso ante las “provocaciones” europeas. “Más temprano que tarde el amigo [Volodímir] Zelenski caerá en las redes del Tribunal Penal Internacional”, afirmó en marzo de este año.

Las habituales cargas de Alonso contra Ucrania fueron más lejos que nunca el 14 de abril, un día después del ataque ruso en Sumi que dejó más de treinta civiles ucranios muertos. El profesor no solo especuló sobre la posibilidad de que Ucrania hubiese invitado a civiles a un acto militar para poner “en bandeja” un ataque de Rusia que pudiera usar con fines propagandísticos, sino que afirmó que ese ataque contra su propia población podía haber sido “orquestado” por Kiev.

“Cien víctimas más a Zelenski qué más le dan si esto hace que Estados Unidos se meta ahora sí en la guerra”, llegó a elucubrar el profesor, a pesar de que reconocía que la orquestación ucrania era solo una teoría no probada. Además, Alonso acusó despectivamente a los medios occidentales de dar una cobertura propagandística al ataque para “poner a tope a la gente en contra de Putin porque es un violador de los derechos humanos y no sé qué”. Posiciones así componen el perfil de profesor que llevó a sus alumnos a la Embajada rusa para no conformarse con la “propaganda”.

“Visitamos la embajada no como muestra de apoyo a Putin y sus políticas sino para conocer de primera mano la perspectiva rusa sobre la seguridad europea y otros desafíos”, explica por correo electrónico Alonso, que rechaza estar alineado con Putin y recalca que el papa Francisco fue a la Embajada rusa en el Vaticano una vez iniciada la guerra. Los alumnos del máster no han realizado una visita similar a la Embajada de Ucrania, el país invadido, aunque Alonso no la descarta en el futuro.

Difusión de “desinformación”

Alonso dio cuenta de la controvertida visita en LinkedIn, aunque luego borró el mensaje. “El diálogo abierto” es “siempre bueno” para conocer “las razones del otro”, escribió en un mensaje con foto que agradecía la acogida al ministro consejero de la embajada, Dimitry Sokolov, y al secretario de asuntos políticos, Anton Cherepov. En el siguiente mensaje, que no ha borrado, escribió que la matanza de Sumi había dado pie a “todo un ejemplo de manipulación mediática” porque, a pesar de haber sido lanzado contra una zona universitaria, en realidad no pretendía “masacrar civiles” —aunque tal cosa sí ocurrió—, sino impactar en lo que era un objetivo militar. El motivo es que allí tenía lugar “una entrega de medallas” a soldados. Alonso no cargaba contra Putin, sino contra “los lumbreras de los jefes militares” ucranios.

Los dos mensajes de Alonso —el que daba cuenta de la visita y el que ofrecía su visión del ataque a Sumi— provocaron la reacción, también en LinkedIn, de otro profesor, Manuel Ricardo Torres, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y miembro del consejo asesor del Real Instituto Elcano. “Llevar a los alumnos a la embajada de un Estado criminal como Rusia es indignante, pero blanquear la visita hablando de la necesidad de ‘entender las razones del otro’ 48 horas después de la matanza de Sumi es nauseabundo”, escribió. En conversación telefónica, Torres afirma que visitar con alumnos la embajada de “un Estado sancionado por la UE que se comporta criminalmente” y luego difundir “la versión desinformativa rusa” sobre una masacre “es injustificable”.

Entre los comentarios a favor y en contra de la crítica de Torres, Alonso escribió su justificación: “Nosotros buscamos la verdad. No nos conformamos con la propaganda”.

A favor de Putin

EL PAÍS ha repasado 12 intervenciones de Alonso desde la invasión de Ucrania en Negocios TV. Al mismo tiempo que dice rechazar la “propaganda”, el director del Aula Política Joven del Instituto CEU de Estudios de la Democracia difunde una visión de la guerra que se sintetiza así: Putin invadió Ucrania empujado por el asedio occidental y solo pretende proteger a la minoría rusa en Ucrania y garantizar la seguridad del territorio ruso; la respuesta occidental al movimiento defensivo de Rusia es una “provocación” al Kremlin, en la que el presidente ruso se resiste a caer; gracias a eso, y a pesar de las “bravuconadas” de los líderes europeos, nos libramos de la “tercera guerra mundial”.

Alonso sostiene que el líder al que el pueblo ucranio “no aguanta” no es Putin, sino Zelenski, según dijo cien días después de la invasión. El presidente ucranio es una fijación del profesor. “Ojalá diga Donald Trump ‘cortamos el grifo y se acabó’ y entonces a Zelenksi no le quede más remedio que huir del país”, afirmó en noviembre del año pasado. En marzo de este año pronosticó que acabaría ante el Tribunal Penal Internacional por violaciones de derechos humanos. Este mismo mes de abril, hacía este paralelismo: “En una discoteca, si un retaquito me empieza a dar empujones [...], eso se llama ir a provocar”. El “retaquito” provocador es Ucrania.

El provocado es siempre Rusia. “Si Rusia no cae en las provocaciones” occidentales es porque Putin “pone cordura”, afirmaba en febrero de 2024. A pesar de la paciencia mostrada por el líder ruso, advertía en noviembre de aquel año, Occidente estaba jugando con fuego: “Si le tocas las narices al oso ruso, el oso ruso te responderá. Pero no habrá que echarle la culpa a Putin, sino a nuestros amados líderes”.

Cualquier solución para la guerra, a juicio de Alonso, exige la “desnazificación” de Ucrania, una reclamación que para el profesor tiene fundamento sólido y no es “una salida de pata de banco de Putin”, como erróneamente —afirma— suele creerse en Europa solo porque “dicen” que Zelenski “es judío”.

El respaldo del CEU

Alonso, que declinó el ofrecimiento de una conversación con EL PAÍS y prefirió responder por escrito, no cree que sus posiciones estén alineadas con el Kremlin. “Observo la realidad, la analizo libremente y ofrezco mis comentarios”, afirma. Ante la pregunta de si cree que Rusia es culpable de la guerra de Ucrania, responde: “Los conflictos son realidades muy complejas y no explotan nunca por una sola causa”.

Sobre la visita a la Embajada, señala que fue propuesta por los alumnos a la dirección del máster y que no computa para el título. “Una parte fundamental de la formación en geopolítica es aprender a pensar cómo piensan los demás actores internacionales, con independencia de que coincidamos o no”, explica el profesor, que afirma que los alumnos pudieron preguntar a las autoridades rusas “sin cortapisas”.

También por escrito, el CEU afirma que su dirección no conocía la visita, aunque no se desmarca de la misma. No difiere de otras a diplomáticos “japoneses, chinos o italianos”, valora el grupo educativo. “En la medida en que esta actividad nos haya ayudado” a dar a los alumnos “las herramientas para formarse una opinión propia y sólida”, “la valoramos muy positivamente”, concluye.

El CEU es un grupo privado dueño de cuatro universidades en Madrid, Barcelona, Valencia y Bormujos (Sevilla) y de diez colegios, ocho de ellos con concierto público. “Formamos élites”, anuncia su web. Este grupo es una de las “obras” de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), fundada en 1909 y que lleva desde la llegada de Alfonso Bullón de Mendoza a la presidencia en 2018 ganando presencia política a base de campañas contra el Gobierno, la “cultura de la cancelación” y la llamada “ideología woke". La ACdP también está detrás del periódico El Debate y es promotora de NEOS, una red de organizaciones de derecha católica. El laboratorio de ideas de la ACdP, CEU-CEFAS, colaboró con la presentación en 2024 en Madrid de un libro de un asesor de Viktor Orbán en defensa del Gobierno húngaro, principal aliado de Putin en la UE.

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