Nine former Cobreloa cadets are under investigation for a gang rape that allegedly occurred during Chile's National Holidays in 2021. While the case is ongoing, with a closing investigation hearing scheduled, new details have emerged concerning alleged irregularities within the Calama prison where the accused are held.
A Gendarmería report revealed that at least one of the accused, Rivaldo Hernández, was found with a Samsung cell phone concealed in a bible. This wasn't an isolated incident; other accused, including Joaquín Agüero and Patricio Romero, were also caught with cell phones and a 4G modem. Despite warnings, they showed indifference towards prison rules.
The accused are housed in an area designated for convicted individuals, not those awaiting trial. Sources suggest that they enjoy special treatment, including access to sushi and other meals not typically provided. There are also suspicions that Patricio Romero's father, a former gendarme, attempted to intercede on his son's behalf.
The Fiscalía is seeking an extension to the investigation, aiming to gather further evidence before pressing charges. The article highlights the ongoing investigation into the gang rape and the separate issue of suspected irregularities and preferential treatment of the accused within prison.
El próximo 2 de mayo se cumplirá un año desde que nueve excadetes de Cobreloa fueron detenidos por una denuncia de violación grupal en contra de una joven, quien advirtió que en medio de una celebración por Fiestas Patrias, en 2021, fue abordada por los sujetos.
Y si bien para la jornada de mañana jueves 17 está programada una audiencia de cierre de investigación, el caso está lejos de terminar y sigue dando cuenta de eventuales irregularidades. De acuerdo con antecedentes recabados por La Tercera, la Fiscalía pedirá ampliación del plazo de investigación y se llevarán adelante nuevas diligencias que permitirían al Ministerio Público recopilar mayores antecedentes ante la futura acusación.
Al margen de peritajes pendientes, eso sí, nuevos episodios se han sumado recientemente a esta causa y que no dicen relación con el ilícito denunciado, sino que refieren supuestas infracciones que parte de los imputados han cometido en el marco de la prisión preventiva que cumplen en la cárcel de Calama.
Como da cuenta un informe reservado de Gendarmería de fecha 31 de marzo, Rivaldo Hernández, fue sorprendido con un teléfono celular marca Samsung, estableciéndose que utilizaba una Biblia para ocultarlo durante allanamientos y controles que realizaban gendarmes en las dependencias.
Y si bien es habitual que funcionarios penitenciarios incauten este tipo de elementos en los penales, esta no era la primera vez que el sujeto era sorprendido con ese tipo de especies prohibidas al interior de recintos carcelarios. En agosto del año pasado, también reconoció ser el propietarios, junto al coimputado Joaquín Agüero, de un teléfono Redmi y de un modem 4G.
En esa misma época, a otro de los sujetos implicados en los hechos indagados, Patricio Romero, también se le incautó un teléfono de la compañía WOM. En ese momento, reconoció sin problema ser propietario de un aparato de la marca Huawuei. Al ser entrevistado al respecto por gendarmes, aseguró que había adquirido al interior de la misma unidad, junto con Agüero, y que habían pagado $ 400 mil por el. Aseveró, igualmente, estar en conocimiento de que no podía mantener elementos de ese tipo en su poder.
Pese a ello, y a que en varios ocasiones se les han hecho advertencias sobre lo que podían o no mantener en la unidad, de acuerdo con funcionarios que se desempeñan en el citado recinto, siempre mostraban indiferencia.
Al interior del Centro de Detención Preventiva de Calama no es un hecho desconocido que los imputados por la violación grupal que denunció un joven se encuentran en las dependencias. De hecho, según quienes conocen del funcionamiento del penal advierten que “se les conoce”, pero que todos los miran como si fueran “pollitos”, haciendo referencia a que serían jóvenes “indefensos”.
Sin embargo, gendarmes han comenzado a mirar con sospecha el hecho de que permanezcan en el “Pabellón 2″, ya que éste está destinado a reos condenados y ellos son imputados. La explicación que se le ha dado apunta a que el sector que les corresponde, el “Pabellón 8″, está a tope y que se requiere mantenerlos ahí por su seguridad y porque es un caso de alta connotación.
Pero eso no es lo único. De acuerdo con fuentes consultadas por este medio, en esa zona los sujetos gozarían de ciertos “privilegios”, como el acceso a comidas especiales a los que otros no tienen alcance. Recuerdan, ese sentido, que en una ocasión pudieron entrar sushi y otras comidas que se escapan de lo que habitualmente ingresa.
Adicionalmente, desde el interior del recinto comentan que, en una oportunidad el padre de Patricio Romero, quien se desempeñó como gendarme por alrededor de 30 años, siendo su último lugar de trabajo Colina II, intentó interceder por él ante sus otroras colegas.
De acuerdo con un revisión realizada por este medio, el padre del imputado es Richard Romero Soto, quien actualmente ya se habría acogido a retiro.
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