Spanish Prime Minister Pedro Sánchez has blamed "private operators," particularly Red Eléctrica, for a recent power outage in Spain. This comes despite the fact that Sánchez himself appointed Beatriz Corredor, now head of Red Eléctrica, to manage the PSOE's energy model. The government is launching an investigation, but Sánchez's actions suggest an attempt to deflect blame from his administration.
While Red Eléctrica is formally a private company, the state holds a significant stake (20%), making it semi-public. The article highlights previous warnings about potential issues with the renewable energy mix, suggesting the government's energy policies might share responsibility for the incident. Jordi Sevilla, a former minister, points to the government's "messianic renewable energy plan" and lack of necessary investment as potential causes.
The article highlights a contradiction: Sánchez initially pointed to Red Eléctrica as solely responsible, but later shifted blame to "private operators" in plural. Both Sánchez and Corredor previously assured the public that such an outage would never happen, and the article suggests that they both bear some responsibility.
The article describes a political maneuvering by Sánchez to shift blame for the power outage, highlighting contradictions in his statements and the government's role in managing Spain's energy sector.
Pedro Sánchez ya ha encontrado el chivo expiatorio del apagón o, como él dice, la “crisis eléctrica”: los “operadores privados”, según su terminología.
Incluso, el presidente del Gobierno mostró este martes su disposición a hacer que asuman responsabilidades por lo que ha pasado, aunque antes tendrá que actuar una comisión de investigación del propio Gobierno para determinar qué ocurrió el lunes 28 de abril durante cinco segundos a las 12.33 horas.
El presidente del Gobierno levantó ante los periodistas su dedo índice para señalar directamente a los "operadores privados", a los que citó hasta una docena de veces. Sánchez ejecutó la estrategia clásica de establecer un "malo" o "antagonista" al que señalar como responsable para evitar que alguien se fije en él. En este caso, son las empresas eléctricas a las que convocó por la tarde en la Moncloa para que queda claro a quien se refiere.
¿Quiénes son los operadores privados? El presidente no lo precisó, pero fuentes del Gobierno explican que, aunque hable en plural, se refiere sobre todo a Red Eléctrica (y su matriz Redeia), una empresa cuya función básica es facilitar el transporte y distribución de la energía eléctrica.
Curiosamente, Sánchez estableció en su comparecencia el marco doble e intencionado del plural y el de la palabra "privados", lo que le sirve para intentar poner distancia del caso y alejar en lo posible la responsabilidad del Gobierno.
El inconveniente es que el propio presidente del Gobierno señaló el lunes a Red Eléctrica como responsable al desplazarse a su sede para reunir allí el gabinete de crisis en pleno apagón. No había plural y sólo se señalaba a esta empresa.
El otro inconveniente es que formalmente es una empresa privada y hasta cotiza en bolsa, pero en realidad es semipública porque el socio mayoritario es el Estado, a través de la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) que depende de Hacienda, y que tiene el 20% de las acciones.
Tan poco privada es como que Sánchez designó abiertamente a Beatriz Corredor, exministra de José Luis Rodríguez Zapatero, exdiputada socialista y de total confianza del actual presidente. Ahora ha pasado ya a la larga lista de fusibles o cortafuegos del jefe del Ejecutivo.
Sánchez habló en su comparecencia de posibles cambios en el sistema eléctrico ("Vamos a hacer cambios, pero vamos a saber primero qué ha ocurrido"), sin precisar, pero con el propósito de que "esto no se repita".
Es decir, admite que puede hacer cambios para evitarlo, lo que supone admitir implícitamente que el Gobierno podría haber hecho algo antes. De hecho, si se cumple la hipótesis más extendida sobre la descompensación de renovables en el mix, lo que está en cuestión es el "modelo eléctrico" que, en realidad, ha sido diseñado por el Gobierno y no por "operadores privados".
Se refuerza esa idea con el hecho de que hubiera en los últimos meses avisos y alertas de que podía ocurrir y, además, el presidente se ha jactado reiteradamente en público del fin del funcionamiento de la red de energía en España, de su seguridad y, sobre todo, del creciente peso de las renovables en el mix energético.
Obviamente, es un mercado intervenido, con control estricto del Gobierno porque debe vigilar que no se produzcan situaciones catastróficas como la ocurrida el lunes.
El anterior presidente de Red Eléctrica y también exministro de Zapatero, Jordi Sevilla, aseguraba este martes en un artículo en Cinco Días que el plan energético "se planificó desde un despacho con demasiado mesianismo renovable y haciendo oídos sordos a los problemas técnicos".
Según Sevilla, la causa del apagón pudo ser "un exceso súbito de generación renovable (fotovoltaica y eólica)" y afirma que "nuestra red eléctrica necesita inversiones para adaptarse a la realidad técnica del nuevo mix de generación". Es decir, atribuye lo ocurrido al modelo eléctrico y la falta de inversiones para aplicarlo, lo cual es competencia del Gobierno.
Sánchez y Corredor han coincidido de hecho en los últimos meses en garantizar con énfasis a los ciudadanos que en España no se produciría nunca un apagón como este. La realidad les ha contradicho y ambos tienen responsabilidad en ello o, al menos, en evitarlo, como lo prueba que este martes el presidente anunciara cambios que están en su mano para que no ocurra nunca más.
El tono de Sánchez, en todo caso, fue de claro malestar con Red Eléctrica, también por haber dicho que descartan el ciberataque. Estuvo reunido con sus responsables máximos la noche del lunes y no le dijeron nada sobre esa conclusión, según admitió él mismo públicamente. Y contraviniendo todos los protocolos de comunicación de crisis, el presidente desautorizó al técnico.
Miembros del Gobierno, además, están muy sorprendidos y molestos con que la máxima responsable de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, no haya dado ninguna explicación pese a su larga experiencia política. Hasta ahora sólo ha comparecido ante los periodistas un técnico de la compañía.
La otra línea conductora de la comparecencia de Sánchez de este martes ha sido la de la defensa del calendario de cierre de las centrales nucleares, sosteniendo, incluso, que su funcionamiento son un lastre en situaciones como la del apagón.
El presidente del Gobierno se esforzó en intentar disolver el mensaje que asegura que la crisis del lunes prueba que es necesario prolongar la vía de las nucleares.
Fuentes del Ejecutivo admiten la dificultad de sostener ahora el relato del cierre, pero ven firme a Sánchez en su decisión de mantener el calendario.
Explican que las propias compañías condicionan el mantenimiento a que el Gobierno acceda a algo que no está dispuesto a conceder: una reducción de impuestos referidos a los residuos de las centrales.
Sánchez informará el próximo miércoles en el Congreso sobre lo ocurrido. No lo hará en un debate monográfico, sino mezclado con la exposición del plan de rearme, con limitaciones de tiempo para los grupos, aunque deban hablar de dos temas complejos.
Ayer por la tarde, el presidente Sánchez reunió a los responsables de las principales eléctricas del país. Estuvieron José Bogas, consejero delegado de Endesa, Mario Ruiz-Tagle, consejero delegado de Iberdrola España y directivos de Naturgy, EDP y Acciona Energía, según informa Laura Ojea.
Reunión de Sánchez (dcha.) con los directivos de las compañías eléctricas, y Beatriz Corredor (izda.) entre ellos. Moncloa
Junto a ellos, y a diferencia de reuniones pasadas con el sector, se incluyó a Beatriz Corredor.
Sánchez agradeció la rápida recuperación de la red eléctrica tras el apagón. El sector, a su vez, mostró determinación para averiguar lo antes posible qué es lo que ocurrió y poder esclarecer totalmente los hechos.
El Gobierno quiso mostrar de esta manera que el sector eléctrico está colaborando, aunque también es una escenificación que permite incluir a Redeia entre las compañías del sector, pese a no ser uno de los players que tradicionalmente participa en este tipo de encuentros.
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