Marruecos quiere independizarse energéticamente de España


Morocco is pursuing energy independence from Spain by constructing a floating regasification plant and developing a new gas pipeline network to diversify its gas sources.
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Marruecos va a intentar independizarse, desde un punto de vista energético, de España de la que recibe la casi totalidad del gas que consume desde finales de 2021 después de que Argelia cerrase el gasoducto Magreb-Europa y le cortase así el suministro de este hidrocarburo.

El Ministerio de Transición Energética de Marruecos lanzó el pasado miércoles una licitación para la construcción de una planta flotante de regasificación y almacenamiento de gas natural licuado (FSRU, según sus iniciales en inglés) montada a bordo de una embarcación. Lituania fue en 2014 uno de los primeros países del mundo en dotare de ese tipo de planta para reducir su dependencia energética de Rusia.

La terminal de regasificación marroquí será instalada junto al nuevo puerto de Nador West Med. Erigido a unos 50 kilómetros al oeste de Melilla, el nuevo puerto debería entrar en funcionamiento el año próximo. Se añadirá en la costa mediterránea marroquí al de Tánger-Med para competir, en el tráfico de contenedores, con los españoles de Algeciras y Valencia.

La planta de regasificación será solo el primer eslabón de un ambicioso plan energético a diez años vista. Desde Nador se construirá a continuación un pequeño gasoducto para enlazar con el Magreb-Europa. Un segundo tramo de nuevo gasoducto unirá además el Magreb-Europa con el puerto de Jorf Lasfar o el de Mohammedia donde más tarde se instalará una segunda planta de regasificación.

El objetivo es poder suministrar cuanto antes a la industria marroquí los 8.000 millones de metros cúbicos de gas natural que, según Leila Benali, la ministra de Transición Energética, va a necesitar en 2027. Benali hizo estos anuncios el 2 de abril ante la Confederación General de Empresas Marroquíes y tres semanas después ante el Parlamento. La ministra cuenta con el sector privado para poner en marcha la primera planta de regasificación, pero confía también en obtener préstamos del Banco Europeo para el Desarrollo y la Reconstrucción que ya financia otros proyectos en el país.

El cierre por Argelia, en octubre de 2021, del gasoducto Magreb-Europa, que suministraba a España y Portugal gas argelino tras atravesar 500 kilómetros de territorio marroquí, supuso un duro golpe para Marruecos. Por permitir el tránsito se quedaba con una pequeña parte del gas argelino con el que alimentaba sus centrales eléctricas de Tahddart y Ain Beni Mathar. Entre ambas absorbían el 97% del gas que consumía Marruecos.

Opinión

Meses antes de que se produjese, en abril de 2022, la reconciliación hispano-marroquí, el Gobierno de Pedro Sánchez sacó a Marruecos de su apuro energético. Aceptó revertir el funcionamiento del tramo hispano-marroquí del Magreb-Europa para poder así bombear gas de España a Marruecos.

El año pasado Marruecos se convirtió ya en el mayor cliente del gas de España, por delante de Francia y de Portugal. Importó 886 millones de metros cúbicos de gas natural que equivalen al 26,8% de las exportaciones españolas. Marruecos adquiere por su cuenta el Gas Natural Licuado en el mercado internacional y este es regasificado en una planta de España antes de ser introducido en la red de gasoductos españoles para después acabar en el Magreb-Europa y cruzar el Estrecho de Gibraltar.

Argelia, que sigue suministrando gas a España a través del gasoducto Medgaz, advirtió en varias ocasiones que no toleraría que una sola molécula de sus hidrocarburos fuese enviada a Marruecos. Su exigencia es de imposible cumplimiento. Una vez introducidos en la tupida red de 11.000 kilómetros de gasoductos que posee Enagas en España, los gases importados de diferentes países de mezclan.

La planta flotante de regasificación de Nador es solo la primera etapa de un plan marroquí que cuenta con dos fases ulteriores. La segunda consiste en construir un gasoducto de unos 1.120 kilómetros, a lo largo del Atlántico, desde Jorf Lasfar hasta Dajla, la antigua Villa Cisneros en el Sáhara Occidental. Allí también se levantaría una tercera planta de regasifiación. La zona está poco poblada e industrializada. Ejecutar allí ese proyecto solo podría tener sentido si se prolonga más hacia el sur.

La tercera y última sería unir, con otro gasoducto de unos 1.020 kilómetros, Dajla con los yacimientos gasísticos offshore de Senegal pasando por los de Mauritania. El objetivo último, que aún no está recogido en el plan del ministerio marroquí, es enlazar con el colosal Gasoducto Atlántico Africano.

Es un proyecto gigantesco que aún está en pañales. Consistiría en bombear el gas de Nigeria hasta Marruecos, y de ahí a España, recorriendo 5.670 kilómetros a través de 13 países por tierra y también sumergido a lo largo de la costa. Está presupuestado en 22.000 millones de dólares. Su elevado coste así como su largo recorrido por tantos países arroja serias dudas de que pueda ver la luz a pesar del empeño del propio rey Mohamed VI de Marruecos puesto de manifiesto a través de un comunicado real en enero de 2021.

Para las autoridades de Marruecos el sueño del Gasoducto Atlántico Africano obedece no solo a razones económicas. Es también una manera de afianzar su relación política con los países de África Occidental implicándoles de paso en el desarrollo del Sáhara Occidental convirtiendo a Dajla en un pequeño hub energético.

Para Rabat se trata además de competir con Argel que hace ya más de una década puso en marcha otro proyecto parecido, el gasoducto transharariano. Serviría para transportar, a través de Niger, gas natural desde Nigeria hasta Argelia desde donde sería exportado a Europa. Su recorrido es más corto (4.128 kilómetros) y su presupuesto más barato (11.500 millones de euros) porque, entre otros motivos, no requiere ser sumergido.

El principal escollo al que se enfrenta es que parte de Níger está en manos de grupos yihadistas que han ganado incluso terreno desde el golpe de Estado castrense, de julio de 2023, que derrocó al presidente Mohamed Bazoum. El golpe conllevó además la expulsión de los contingentes militares francés y estadounidense que luchaban contra los terroristas.

En Níger se han producido varios atentados contra infraestructuras energéticas. El más importante tuvo lugar en junio de 2024 cuando parte de un oleoducto que transportaba petróleo a Benín fue volado en la región de Tesker. El sabotaje causó una fuga de petróleo y daños medioambientales como una marea negra de varios cientos de metros de largo, la muerte de aves y la destrucción de la vegetación que rodeaba la infraestructura.

Marruecos va a intentar independizarse, desde un punto de vista energético, de España de la que recibe la casi totalidad del gas que consume desde finales de 2021 después de que Argelia cerrase el gasoducto Magreb-Europa y le cortase así el suministro de este hidrocarburo.

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