Spain finds itself navigating a complex geopolitical landscape, caught between its growing economic relationship with China and its longstanding alliance with the United States. The article details the strategic visit of Spain's Economy Minister, Carlos Cuerpo, to Washington D.C., undertaken to address rising tensions with the US administration.
Minister Cuerpo's visit aimed to alleviate concerns stemming from Spain's strengthening ties with China, a move perceived as risky by the US. The article emphasizes the cool reception evidenced by a terse statement from the US Treasury Department.
These issues create friction, and Spain's attempts to become a bridge between the EU and China are directly challenging the US's interests.
Spain's strategy involves a three-pronged approach: Firstly, appeasing the US with compliments and assurances of continued dialogue; secondly, emphasizing the EU's role in trade negotiations, shielding Spain from direct confrontation; and thirdly, portraying China as a strategic partner for Europe, not just for Spain.
The EU's participation is crucial, as Spain seeks protection under the EU umbrella to avoid unilateral US reprisals. The article highlights the importance of the EU in finding a balanced trade agreement with both China and the US, with Spain playing a key facilitating role.
The article also touches upon Italy's shifting stance towards China, with Prime Minister Giorgia Meloni's recent trip to the US aimed at improving relations and mitigating potential trade war fallout.
Spain's situation is precarious. While attempting to foster advantageous trade relationships with China, it must simultaneously maintain a strong alliance with the US. Success hinges on the EU's ability to broker a favorable trade agreement with both global powers.
Antes incluso de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajase a China, el Gobierno planificó el viaje del Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a Washington para reunirse con su homólogo estadounidense, Scott Bessent. El Ejecutivo era consciente de que la visita al presidente chino Xi Jinping era arriesgada, por lo que diseñó el vuelo de Cuerpo para tratar de contener daños. El frío comunicado publicado por el Departamento del Tesoro estados y pone en evidencia la poca sintonía que hay entre los dos Gobiernos.
España tiene numerosos focos de fricción con la Administración Trump: el impuesto digital a las grandes tecnológicas americanas, el bajo gasto en Defensa, la relación con gobiernos latinoamericanos contrarios a Trump... Pero el principal problema es el acercamiento a China.
Sánchez quiere que España sea un puente entre la Unión Europea y China. Ser socio preferente de Pekín tiene beneficios, pero en este momento deja a España expuesta a las iras de Trump. Por eso el Gobierno ha querido desplegar su mejor carta para contener la tensión. En este momento, esa carta es Cuerpo, un ministro técnico y con una amplia experiencia en los road shows de su época al frente del Tesoro Público.
La misión que tiene encomendada no es sencilla: calmar a la iracunda Administración Trump. Cuerpo desplegó el manual para disuadir a matones. En primer lugar, el elogio: "Estados Unidos es nuestro principal socio comercial". En segundo, la buena voluntad de diálogo: "Somos conscientes de que hemos de seguir tendiendo la mano”. Y, tercero, apelar a la empatía: "Tenemos un punto en común, y es la necesaria estrategia de seguridad económica".
Nada de esto funcionará mientras España siga estrechando lazos con China. El Gobierno es consciente de esta situación, por lo que su segunda estrategia es refugiarse bajo el paraguas de la Unión Europea. En su atención a los medios de comunicación, Cuerpo repitió constantemente que las negociaciones comerciales no dependen de España, sino de la Comisión Europea.
"La negociación tiene que hacerse desde la Unión Europea como bloque", insistió Cuerpo, "nosotros tenemos que apoyar a la Comisión Europea". Así como España puede facilitar un acuerdo de Bruselas con Pekín, necesita parapetarse tras la UE para evitar represalias desde Estados Unidos. Aun así, nada asegura que no puedan producirse. Hasta el momento, Trump ha tratado a la UE como un todo y el Gobierno quiere mostrar que no hay grietas.
Cuerpo se mostró confiado en la posibilidad de llegar a un acuerdo con Estados Unidos que sea "equilibrado y justo para ambas partes". Por su parte, Bessent trasladó que Trump sigue viendo a la Unión Europea como un aliado pese al acercamiento a China. Buenas intenciones sin ningún avance real. El ministro español también defendió en Washington que Pekín es ahora "un socio estratégico" para Europa.
El Gobierno lleva meses diseñando esta alianza, para ser un socio preferente dentro de la UE. Ese papel lo desempeñó durante años la canciller alemana Angela Merkel, quien viajó en 13 ocasiones a China. Posteriormente lo ocupó el primer ministro italiano Mario Conti, quien metió a Italia en la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2019.
OpiniónEl rol quedó vacante y ahora quiere interpretarlo Sánchez. "Esta es su tercera visita en tres años”, reconoció Xi durante el viaje, "es una muestra de la alta importancia que atribuye usted a China y de su firme voluntad de profundizar las relaciones bilaterales, por lo cual le expreso mi aprecio".
La Unión Europea también se beneficia del arriesgado rol que quiere asumir España. La guerra comercial desatada por Trump obliga a reconstruir las relaciones comerciales y China será clave. Y no sólo por la posibilidad de aumentar las exportaciones, sobre todo para evitar la llegada masiva de productos baratos chinos que hasta ahora iban a EEUU y que arrasarían a la industria local. Para la UE va a ser tan importante alcanzar un buen acuerdo comercial con Washington como con Pekín. España ha abonado el camino para esta negociación, pero ahora necesita la protección de la UE frente a EEUU.
España tendrá que confiar en la Comisión Europea y en otros países que sí puedan desempeñar una función relevante. Destaca especialmente la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien está enfrentada con Pekín tras sacar a italia de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, pero que tiene una relación estrecha con Trump. Esta misma semana viaja a EEUU para verse directamente con el presidente americano.
La UE está tratando de explotar los diferentes perfiles de gobernantes que tiene, pero es un equilibrio delicado para los estados. Especialmente para España si, como dice Cuerpo, el socio prioritario es EEUU y no China. El paraguas comunitario no es infalible y, cualquier paso en falso puede dejar a un país a la intemperie ante el fuego cruzado de las dos potencias.
Antes incluso de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajase a China, el Gobierno planificó el viaje del Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a Washington para reunirse con su homólogo estadounidense, Scott Bessent. El Ejecutivo era consciente de que la visita al presidente chino Xi Jinping era arriesgada, por lo que diseñó el vuelo de Cuerpo para tratar de contener daños. El frío comunicado publicado por el Departamento del Tesoro estados y pone en evidencia la poca sintonía que hay entre los dos Gobiernos.
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