Boxballsystem (BBS) has developed a new system for managing game balls in soccer, designed to increase playing time and improve fairness. The system involves 18 ball stations around the perimeter of the field, each managed by a specialist, and monitored digitally. This ensures a constant supply of balls and reduces time lost retrieving them.
Studies show this system can add 3-4 minutes of effective playing time per game. The system has received support from the Technical Committee of Referees (CTA) and has been tested in various competitions, including the 2021 Supercopa de España. A Saudi Arabian investment fund has also invested in the system.
The system aims to address problems associated with traditional ball retrievers, who can be influenced by clubs and sometimes behave in ways that impact fair play. The proposed system would provide training for ball retrievers and make them more accountable to the competition, not individual clubs.
The design of the ball stations considers the stadium's layout, aiming not to obstruct spectator views. Advertising opportunities on the stations are a key part of the system’s economic model, with studies estimating significant return on investment for sponsors.
This project aims to maintain the role of ball retrievers, but in a more regulated and transparent way. The system seeks to improve fairness and increase effective playing time by ensuring a readily available supply of balls while limiting interference by club personnel.
Un nuevo sistema de control y regulación de los balones utilizados en un partido de fútbol ha llegado para revolucionar el oficio del recogepelotas y favorecer el tiempo de juego efectivo en el espectáculo.
Bajo el auspicio de Boxballsystem (BBS), un grupo de competiciones de élite, entre ellas LaLiga, ya conoce el desarrollo de este proyecto cuyo principal objetivo es agilizar el juego.
La clave del sistema de BBS, patentado internacionalmente, es la distribución de 18 soportes con un balón cada uno situados en el perímetro del terreno de juego. En cada punto de reparto habrá un especialista que se encargará de que siempre haya un balón preparado para el uso.
Esos soportes (box) o sistemas donde se ubican los balones están reguladas por un control digital desde el que se obtienen localizadores y datos. Cada sistema de los 18 ejecuta la posición que guarda cada balón en tiempo real. Cada dato de ese balón se encuentra en un servidor interno propio. Así también se comprueba cómo se comporta cada recogepelotas en su acción de reposición del balón para que no haya irregularidades.
Con ese tiempo real se puede ver si hay algún punto en el que no se repone o si no se está cumpliendo con un tiempo lógico para que no falte un balón en su destino.
Todo está orientado al aumento de tiempo de juego en el fútbol, un deporte que favorece por las dimensiones del campo que se produzcan fenómenos que se alejan del juego limpio en lo que concierne a la aparición de balones.
Desde BBS se ha estudiado el tiempo de juego que se pierde en la actualidad y el que se ganaría con el cambio de fórmula. Los estudios realizados determinan que el nuevo sistema amplía entre tres y cuatro minutos el tiempo de juego efectivo en un partido.
LaLiga española, que conoce el proyecto en profundidad, estudia su viabilidad para la implantación por los beneficios que supone sobre el juego.
Desde BBS no se ha querido descuidar a ninguno de los actores principales del juego. Por eso, se reunió con el Comité Técnico de árbitros, que también revisó el sistema y lo bendijo por lo que supone para la agilización del tiempo efectivo.
Los equipos españoles comprobaron el funcionamiento de un sistema similar en la Supercopa de España disputada en Arabia en 2021, una prueba que en su momento se consideró positiva. También se ha probado en partidos de competición saudí o con equipos franceses como el PSG.
Como aval de futuro, un fondo saudí de inversión, junto con la propia competición de ese territorio, ha confirmado la decisión de invertir en un sistema al que ve con grandes posibilidades de penetrar en las competiciones internacionales.
El diseño de cada cubículo donde se deposita el balón tendrá en cuenta las peculiaridades de cada estadio para que nunca perjudique la visibilidad de un espectador. Las medidas son variadas y en la zona técnica, la cercana a banquillos y cuartos árbitros, pueden ser diferentes a las del resto del perímetro. Los prototipos presentados recogen varios tamaños de altura.
El sistema cambiaría el concepto del recogepelotas tradicional. Las grandes competiciones han comprobado cómo los recogepelotas dependen de los clubes, que son quienes les dan las órdenes necesarias para acelerar o frenar el reparto del balón según el resultado del partido. En ese saco de conductas caben desde la astucia a la pillería, la trampa o la desaparición.
Es casi tradicional que con los recogepelotas tradicionales se produzcan situaciones polémicas al obedecer las sugerencias que reciben de los clubes que hacen de locales en los partidos.
Es normal que esos recogepelotas sean jugadores de las categorías inferiores. En el último derbi sevillano Betis-Sevilla se produjo un episodio que derivó en un amago de tangana entre representantes de ambos equipos.
No sólo eso. En ocasiones aparece más de un balón en el campo de juego. Esta pelota adicional procede de un banquillo o de quien quiera que tenga acceso a uno. Con el sistema de Boxballsystem los balones están controlados.
Competiciones como la Premier inglesa o la Serie A italiana se han replanteado en los últimos tiempos la figura del recogepelotas tradicional.
La pretensión de BBS es que los recogepelotas mantengan su labor, pero bajo el paraguas de la competición y no de los clubes. Para ello, el objetivo es que sigan un curso de formación en un campus de 2 ó 3 días con la participación de BBS, los árbitros y el patrocinador principal del torneo.
El proyecto no acaba con los recogepelotas, es una nueva forma de ejercer esa función; con esto gana el fútbol y se cierra ese caos que se genera a veces
Javier Rodríguez (CEO de Boxballsystem)
Javier Rodríguez, CEO de BBS, explica que el proyecto “no acaba con los recogepelotas ni es esa la intención, lo que ofrece es una nueva manera de ejercer esa actividad”. El objetivo es que ese colectivo actúe con objetividad y transparencia.
En este nuevo planteamiento se prefiere que sea el futbolista el que acuda al punto de recogida del balón para que no dependa de la actividad y lanzamiento del recogepelotas, cuya labor debe ser la de reponer el esférico y seguir un código de presencia visual y movilidad que se enseñaría en el citado campus.
Incluso se plantea la figura de un supervisor que dependa del CTA (no el cuarto árbitro) para que controle el funcionamiento de todo el sistema.
La fórmula pretende que el futbolista siempre tenga en su campo visual cercano un balón que impida el que tenga que buscar uno o recorrer una distancia inesperada cuando llegan las tretas de cada club. Desde los árbitros también se estudia hasta el gesto que haría un futbolista para acercarse a una plataforma cercana y no a la que no corresponda por perder tiempo.
Javier Rodríguez estima que con el proyecto para regular la actividad del reparto de balones “gana el fútbol y se evita cierta sensación de caos y desorden que se genera en la actualidad”.
Todo este sistema cuenta con una vertiente publicitaria, ineludible cuando se trata de una competición de élite. La idea es que en cada una de las 18 plataformas o boxes se vea al patrocinador que haya ligado su imagen al sistema.
No se plantea que en cada caja haya más de un anunciante, como sí puede existir en el mono de un piloto de Fórmula-1 o en el maillot de un ciclista.
Desde BBS se incide en el valor reputacional que para una marca supone verse en un espacio que beneficia al fútbol.
En los estudios realizados el anunciante estaría en tres de las caras de cada plataforma o box, suficiente para que el impacto publicitario en la marca sea efectivo.
Según un estudio de Nielsen Sports, en una franja de 45 segundos de visibilidad media por partido se genera un retorno mediático estimado para la temporada completa de 6.620.960 euros. El fútbol no para. Le toca a los recogepelotas.
Share this article with your
friends and colleagues.
Earn points from views and
referrals who sign up.
Learn more