The article centers on a meeting between former Spanish Prime Ministers Felipe González and José María Aznar, known for their differing political ideologies. The event, organized by CEAPI, involved an awards ceremony and a subsequent conversation between the two former leaders.
Despite their ideological differences, both González and Aznar expressed a commitment to centrist politics and criticized the current political climate in Spain, characterized by extreme polarization. They emphasized the importance of cooperation and finding common ground despite ideological differences, showcasing a shared concern for Spain's political future.
Both leaders implicitly and explicitly criticized the current political landscape. They highlighted concerns about the lack of cooperation, the prevalence of divisive partisanship, and the negative impact on governance and stability. Aznar specifically condemned “negative partisanship,” emphasizing the importance of finding common ground.
Their discussion extended to Spain's relations with Ibero-America, expressing concern about the current state of affairs and emphasizing the importance of stronger ties. Both expressed shared criticism of figures like Trump and Maduro, highlighting a common concern for international relations and global stability.
The event's attendance highlighted the current political landscape. Many attendees were from the PP, while the PSOE had minimal representation, further illustrating the political divide discussed by the two former Prime Ministers.
Solo hace falta hablar cinco minutos con Felipe González para saber que sigue siendo un hombre de izquierdas, a pesar de que al despedirse de un almuerzo homenaje en el que ha participado este martes por la tarde ha saludado con cariño a un periodista para decirle que lo veía por las noches en 'El Cascabel', el debate político de Trece TV. No es que Felipe se haya hecho de derechas, porque en el acto ha sido presentado por Xabier Fortes, el presentador de la competencia en el Canal 24 horas, y además le ha dedicado gestos cariñosos que demuestran que también le ve. Un hombre de izquierdas, e informado.
Con José María Aznar basta con hablar dos minutos para percibir que sigue siendo un hombre liberal, como también ha demostrado en ese mismo almuerzo homenaje que ambos han querido que sea compartido. Son políticos muy distintos, pero en un mundo como el actual y en una España como esta, se parecen mucho. Muchísimo. Este martes por la tarde, en el Casino de Madrid, Aznar lo ha dicho así, refiriéndose a “los liberales más a la izquierda y los liberales más a la derecha”: “La democracia consiste no en pensar lo mismo, sino en actuar juntos pensando diferente”.
Y Felipe González, asá: “La democracia vive en un gran espacio de centralidad que se puede compartir con ideas diferentes. Eso no significa estar de acuerdo en todo, qué aburrimiento. Teníamos discrepancias, pero en el elemento de centralidad que confirma la vida democrática no estábamos ni en la extrema derecha ni en la extrema izquierda”.
El debate entre los dos expresidentes del Gobierno lo ha organizado CEAPI y ha consistido en una conversación tras el reconocimiento a ambos con las medallas de honor de esta entidad por su labor hacia Hispanoamérica. “No es ninguna novedad que este señor y yo estemos juntos”, ha comenzado González, que en sus distintas intervenciones se ha referido a Aznar un puñado de veces.
Felipe González y José María Aznar han recibido la Medalla de Honor CEAPI, en reconocimiento a su papel clave en el fortalecimiento de los vínculos entre España e Iberoamérica. Los expresidentes han recibido las insignias de la mano de @allamand, @SEGIBdigital, y @JaboneroOEI,… pic.twitter.com/OT1P9Aa2p3— CEAPI (@CEAPIconsejo) May 20, 2025Ambos perros viejos, sus reflexiones han estado llenas de mensajes directos e indirectos, con cita y sin cita, pero con una comprensión mutua y un discurso que sólo pueden pronunciar los dos expresidentes españoles con mayor interés por ser referencia ideológica en sus espectros, aunque esto encaje mal en una política nacional donde el centro ya no está exactamente entre Pedro Sánchez (y su muro “contra la derecha y la ultraderecha”) y Alberto Núñez Feijóo y aquella oferta al PSOE de pacto de dos años y nuevas elecciones.
Los asistentes al acto que están en la política activa son una buena muestra: por el PP, la secretaria general, Cuca Gamarra; el portavoz económico, Juan Bravo; la consejera de Economía de Madrid, Rocío Albert; y el presidente del partido en Castilla-La Mancha, Paco Núñez. Por el PSOE, solo el senador Juan Lobato. Del actual Gobierno de España, nadie. De la época de Aznar, Ángel Acebes, Ana Pastor y Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros.
En esta defensa de la centralidad y la democracia en que se ha convertido la charla, Aznar ha querido introducir la idea, no sin nostalgia, de una política ejercida por “actores diferentes pero con una idea de la continuidad histórica de España”, algo que ha querido concretar en la Restauración de 1876 (“la primera vez que los españoles “se reconocen y se aceptan”) y, por supuesto, en el abrazo de Transición: “El riesgo máximo que tenemos ahora es que eso deje de ocurrir, y encontrarlo es la obligación de los líderes que haya hoy”. Y aquí ha querido introducir una descripción dedicada indirectamente al presidente del Gobierno de España: “El partidismo negativo: yo soy partidario de destruir al adversario”.
Como curiosidad, González ha señalado como su decisión más difícil “convocar un referéndum absurdo, como me recordaba Fraga cada rato: preguntar a los ciudadanos si quieren participar en una alianza militar, porque es una decisión de Gobierno”. Aznar ha derivado la pregunta a “lo conveniente”: “El fortalecimiento institucional de España”.
Aznar y Felipe, Felipe y Aznar, ambos han mostrado su interés por el tema central del “conversatorio”, América Latina: “Y eso es lo que yo quería que sucediera en América Latina, y mucho se avanzó, aunque se haya retrocedido ahora”, ha señalado González, a quien Aznar ha apoyado mostrándose "preocupado".
“La relación de España y Europa con América no puede ser solo noratlántica. Hay elementos comunitarios e identitarios que son fundamentales. Eso lo conseguimos relativamente pronto. Reagan y Bush entendieron esa relación triangular, y no teníamos que pasar por Washington para hablar con el Sur". “Estoy sustancialmente de acuerdo, como no puede ser de otra manera: España es fuerte en Europa cuando tiene presencia en Estados Unidos y en el mundo Iberoamérica”, ha añadido Aznar.
También coinciden en sus críticas a Trump, para Felipe “el gran estratega del caos global”. “Le voy a ahorrar al presidente Aznar…”, ha bromeado tal vez pensando que no criticaría a Trump: “No es una buena oportunidad para nada, el fracaso de sus políticas ya se nota. Es un desastre sin paliativos", ha dicho utilizando la misma expresión que el rey Juan Carlos le dedicó a Carlos Arias Navarro, el último presidente del Gobierno de Franco.
Pero el liberal Aznar no escatima las críticas a Trump: “Declarar la guerra comercial al mundo no es la mejor idea, no lo es”. Y, aprovechando la coyuntura, un rejón a Sánchez: “Yo me sentaba con el presidente americano todos los años y repasábamos uno por uno todos los países iberoamericanos; empezábamos en México y acabábamos en Argentina para ver qué se podía hacer”, ha recordado.
Sin citar a nadie, González y Aznar marcan distancias con Trump, con Maduro, con Putin o con Bukele: “Yo puedo entender que un señor que no puede salir a la calle se alegre cuando pueda hacerlo, pero que eso sea a costa de arrasar el Estado de derecho, la ley o cualquier garantía jurídica…”, ha criticado Aznar. Y González: "La Federación rusa sigue siendo el territorio más extenso del planeta. Es, además, el más rico, y sin embargo su producto bruto es muy semejante al de Italia. Para saber en manos de quién están...".
En definitiva, dos expresidentes que confían en el reencuentro con América Latina (Felipe 'dixit') y en el despertar de Europa, que “no necesita a Trump para despertarse”. José María Aznar lo resume así: "¿Qué falla en España esencialmente?: la política”. Y González concluye: “Para algunos es jodido, pero estoy de acuerdo”.
Solo hace falta hablar cinco minutos con Felipe González para saber que sigue siendo un hombre de izquierdas, a pesar de que al despedirse de un almuerzo homenaje en el que ha participado este martes por la tarde ha saludado con cariño a un periodista para decirle que lo veía por las noches en 'El Cascabel', el debate político de Trece TV. No es que Felipe se haya hecho de derechas, porque en el acto ha sido presentado por Xabier Fortes, el presentador de la competencia en el Canal 24 horas, y además le ha dedicado gestos cariñosos que demuestran que también le ve. Un hombre de izquierdas, e informado.
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