Chemsex, un trío, un cuerpo vivo al río y una confesión: la muerte de Francisco Albornoz en cuatro actos - La Tercera


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The Death of Francisco Albornoz

Francisco Albornoz, a 21-year-old pharmaceutical chemist, was found dead after disappearing for 10 days. Two suspects, Christian Alexander González Morales (a 31-year-old Ecuadorian doctor) and José Miguel Baeza Cortes (a 41-year-old Chilean chef), were arrested. They were the last people seen with Albornoz and are accused of disposing of his body in the O’Higgins region.

Chemsex Investigation

Investigators are exploring whether chemsex, the use of drugs to enhance sexual experiences, played a role in Albornoz's death. The suspects reportedly admitted to drug use the night of Albornoz's death. Evidence suggests Albornoz was alive when thrown into the Tinguiririca River.

The Suspects

Christian González, initially the only suspect, confessed, provided information leading to the discovery of Albornoz's body and the arrest of José Miguel Baeza. Baeza, who was found burning potential evidence, has been less cooperative.

Mother's Plea

Albornoz's mother, Jaqueline, appealed for justice and emphasized the importance of preventing similar incidents. She highlighted her son's cheerful personality.

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Peritajes clave se han realizado durante las últimas horas con miras a establecer la causa de muerte de Francisco Albornoz, químico farmacéutico de 21 años que fue encontrado sin vida durante la tarde del martes tras permanecer 10 días desaparecido.

El último día que fue visto, el viernes 23 de mayo, “Panchito” se juntó con dos sujetos con quienes había coordinado un encuentro sexual, y quienes hoy han sido identificado como los principales sospechosos de su deceso.

Se trata de Christian Alexander González Morales, médico ecuatoriano de 31 años, y de José Miguel Baeza Cortes, un chef chileno de 41 años.

Ambos sujetos fueron detenidos por su participación en los hechos. Y es que no sólo fueron las últimas personas en estar con Francisco, sino que, como se ha podido establecer en medio de la indagatoria de la Fiscalía Oriente, fueron quienes intentaron hacer desaparecer el cuerpo del joven: Se trasladaron hasta la región de O’Higgins, y en el sector del mirador Lo Moscoso, arrojaron el cuerpo.

Según ha podido recabar La Tercera, González Morales habría deslizado que durante la noche habrían consumido altas cantidades de drogas y que Francisco pudo haber sufrido una sobredosis. Sin embargo, las diligencias investigativas que hasta ahora se han realizado instalaron una versión distinta.

Por las lesiones encontradas en el cuerpo del joven, peritos han establecido que fue arrojado al lecho del Río Tinguiririca cuando aún estaba vivo.

Francisco Albornoz

¿Chemsex?

La noche del 23 de mayo iba a ser algo desenfrenada para Francisco, Christian y José Miguel. Pero como han sostenido fuentes requeridas durante las pesquisas, “las cosas salieron totalmente de control”.

De hecho, dadas las características de la cita, lo que los investigadores están despejando, es si se trató de un chemsex que “se les fue de las manos” y que, producto de la euforia asociada al consumo de sustancias, derivó en la comisión de un crimen.

Como ha publicado anteriormente este medio, el término chemsex hace referencia al uso de determinadas sustancias psicoactivas para mejorar o prolongar las experiencias sexuales, y lo practican principalmente hombres que tienen sexo con hombres.

Las sustancias más utilizadas son las metanfetaminas, la mefedrona, la ketamina o el ácido gamma-hidroxibutírico (GHB, comúnmente conocido como “G”). El objetivo es aumentar el placer durante las relaciones sexuales y prolongar su duración, a menudo mediante la inyección de drogas; esta práctica particularmente arriesgada se conoce como “slamsex”.

Así, en medio de ese tipo de prácticas es que algunas personas llegan al punto de la pérdida de conciencia, lo que pudo haber sido el caso de Francisco.

Christian Alexander González Morales fue detenido por el caso de Francisco Albornoz.

Los detenidos

Hasta la tarde del miércoles 4 de junio, Christian González era el único aprehendido por los hechos. Ejercía funciones en la Corporación de Desarrollo Social de Ñuñoa, aunque conocidos los hechos fue desvinculado y el municipio anunció querella en su contra.

Según se ha establecido, en medio de un “profundo arrepentimiento” habría decidido declarar su participación en los hechos y concurrir a dependencias de la Fiscalía Local de Ñuñoa. Asimismo, entregó su teléfono para que fuera periciado.

Él fue quien entregó los antecedentes para que la PDI diera con el paradero del cuerpo de Francisco, y también los datos para concretar la detención del segundo sujeto.

José Miguel Baeza, por su parte, ha tenido una conducta que dista de lo anterior. Fue personal policial el que debió llegar a detenerlo a su domicilio en Codegua, momento en que se le sorprendió quemando evidencia que podría resultar determinante para esclarecer este caso.

Según se lee en su cuenta de Linkedin, es chef ejecutivo con más de 21 años de trayectoria “en el sector hotelero y gastronómico, especializado en la gestión integral de cocinas, control de calidad y optimización de costos operativos”.

José Miguel Baeza Cortés es el segundo imputado detenido por la muerte de Francisco Albornoz.

El llamado de la madre

En medio de las labores que realizan las policías, la madre del joven, Jaqueline, alzó la voz e hizo un llamado a las autoridades a que se haga justicia.

“Quiero que se haga justicia por el hecho de que las condiciones en las que se encontró a Francisco no deberían pasar (...) Yo quiero hablar para que esto no suceda más y que la justicia sea más empática y no esperar tanto tiempo", manifestó la mujer en conversación con el matinal de Chilevisión.

Igualmente, agregó que sus hijas habían intentado que ella se mantuviera más alejada de las indagaciones, para resguardarla. “Pero gracias a la prensa esto se magnificó y creo que sirvió mucho para que estas personas tuvieran presión y se entregaran”, dijo.

Al mismo tiempo, la mujer recordó a su hijo haciendo presente que “él era muy alegre, trabajador, cuidadoso de andar bonito, era como pituquito”.

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