El funeral del papa Francisco ha propiciado este sábado el reencuentro en la basílica de San Pedro del Vaticano entre los presidentes de Ucrania y Estados Unidos en medio de los esfuerzos diplomáticos para tratar de enfilar el final de la guerra. En un ambiente de deshielo, las dos administraciones han reaccionado de manera positiva y optimista a la reunión, aunque sin detallar nuevas citas o avances concretos.

Quizá haya sido el efecto de esa reunión. O del solemne espíritu en la basílica de San Pedro en el funeral por el Papa. O de las conversaciones con los aliados de la OTAN que rodeaban a Trump. Pero apenas horas después, y en pleno vuelo del avión Air Force One que le llevaba de regreso a Estados Unidos, el presidente expresaba por primera vez —al menos en público— sus dudas sobre las verdaderas intenciones de Vladímir Putin y la voluntad del presidente ruso de acabar la guerra. Tras preguntarse si le está “dando largas”, le amenazó con nuevas sanciones secundarias y contra el sector bancario en un comentario en su red social, Truth.

“No hay razón para que Putin esté lanzando misiles contra zonas civiles, ciudades y pueblos, estos últimos días”, apuntó. “Me hace pensar que quizá no quiere acabar la guerra y solo me está dando largas. Y hay que tratarlo de otro modo. ¿Mediante sanciones bancarias o secundarias? ¡Demasiada gente está muriendo!“, expresaba el presidente, que en sus declaraciones suele mostrarse profusamente elogioso hacia el inquilino del Kremlin: apenas un par de días antes alababa como una ”concesión” de Putin el que Rusia no haya invadido toda Ucrania.

Las dudas que expresó Trump en su mensaje en redes parecían chocar con el optimismo que había desbordado inmediatamente después de su aterrizaje en Roma, cuando en otro mensaje en Truth aseguraba que Rusia y Ucrania “están muy cerca de un acuerdo, las dos partes deberían ahora reunirse a niveles muy altos para ‘cerrarlo’. La mayor parte de los puntos principales ya se han acordado”.

Durante unos 15 minutos, Volodímir Zelenski y Donald Trump, sentados cada uno en una silla en medio del templo y rodeados en la distancia de asesores y religiosos, se vieron por vez primera cara a cara tras la agria discusión en el Despacho Oval de la Casa Blanca del 28 de febrero que llevó al mandatario ucranio a marcharse de forma abrupta.

La Administración estadounidense ha calificado de “muy productiva” la conversación que los dos líderes han mantenido de manera privada y de la que la presidencia ucrania ha facilitado las fotografías. “Buena reunión”, ha valorado Zelenski de un encuentro que, afirma, podría convertirse en “histórico” si da los frutos deseados entre las diferentes partes.

Macron, Starmer, Trump y Zelesnki, este sábado en la basílica de San Pedro. Ukrainian Presidential Press Service (via REUTERS)

En un mensaje sus redes sociales tras la ceremonia en la plaza de San Pedro, ha agradecido la oportunidad al presidente Trump al tiempo que ha escrito: “Hemos hablado mucho cara a cara” y “esperamos resultados de todo lo abordado”.

En todo caso, el mandatario ucranio no se sale del carril por el que pretende llevar las negociaciones y que exige, en primer lugar, una tregua. Por eso insiste en “proteger la vida de nuestra gente. Alto el fuego total e incondicional. Una paz segura y duradera que evite otra guerra. Una reunión muy simbólica que podría convertirse en histórica si logramos resultados conjuntos”, ha agregado.

En alguna de las imágenes se ve incluso en una improvisada cumbre del más alto nivel al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y al primer ministro británico, Keir Starmer, junto a ellos dos de pie conversando en ese mismo lugar de la basílica. Se ha tratado de un encuentro “positivo”, ha comentado el entorno de Macron, informa Reuters. Ambos líderes europeos arropan a Zelenski en unos contactos diplomáticos en los que Washington se muestra más alineado con Moscú, según las dos propuestas planteadas en las negociaciones y que han trascendido estos días.

Que en medio de cientos de líderes mundiales que apenas estarán en tierras italianas unas horas se haya cuadrado la cita entre Zelenski y Trump da idea de la importancia que ambos gobiernos otorgan a las negociaciones que en los últimos días se han desplegado también en París, Londres y Moscú. Se trata del más serio intento de acercamiento bilateral tras el choque de hace dos meses en Washington.

La llegada de Zelenski a la plaza de San Pedro tras la reunión con Trump ha sido saludada con aplausos en medio de un amplio despliegue protocolario.

Trump y Zelenski, durante su encuentro en la basílica de San Pedro. PRESIDENTIAL PRESS SERVICE HANDOUT HANDOUT (EFE)

A lo largo del día, Zelenski ha vuelto a verse, ya fuera del Vaticano, con Macron y Starmer. También tiene previsto completar una intensa jornada con la jefa del Gobierno italiana, Giorgia Meloni, y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El mandatario ucranio había planteado el viernes dudas sobre su presencia en el funeral, apelando a su agenda de trabajo. Pero se impuso la gravedad del momento. Las posturas de unos y otros reflejan aún unas enormes diferencias en medio de una guerra de la que no se atisba el final. Este viernes se habían reunido en el Kremlin el enviado estadounidense, Steve Witkoff, con el presidente ruso, Vladímir Putin.

La reunión de este sábado se produce en un momento de tensión entre ambos líderes por los términos en los que uno y otro plantean la hoja de ruta para avanzar hacia el final de la contienda desatada en 2022 con la gran invasión rusa de Ucrania. Trump insiste, según el plan que maneja su Administración, en que Kiev reconozca legalmente la península de Crimea, ocupada desde 2014, como territorio ruso, algo que Zelenski subraya que es inconstitucional.

En su mensaje en redes durante su regreso a Estados Unidos, Trump dejaba claro que ni la reunión con Zelenski, ni las palabras de los aliados de la OTAN, ni el espíritu vaticano le habían hecho cambiar de opinión al respecto. En referencia a artículos del periódico The New York Times en los que se indica que Ucrania debe recuperar territorio, el presidente declara que la idea de que Crimea pueda volver al control de Kiev y otras exigencias son “ridículas”.

Frente a la propuesta de Washington ha salido a la luz la que manejan países europeos, entre ellos Francia y el Reino Unido, junto al Gobierno de Kiev, que no prevé otorgar titularidad alguna a Moscú de territorio ucranio. Zelenski considera que el plan de Trump está escorado hacia las tesis del Kremlin y no es aceptable.

Zelenski, a su llegada a la plaza de San Pedro momentos antes del funeral del Papa. massimiliano minocri

La cúspide de las diferencias se alcanzó el 28 de febrero. Aquel día, el mundo fue testigo con luz y taquígrafos de la encerrona organizada en la Casa Blanca por la administración estadounidense al mandatario ucranio, al que Trump y su vicepresidente, J. D. Vance, quisieron convertir en culpable de la contienda, ignorando que el país agresor es Rusia. Zelenski, bajo una espiral de reproches en público inaudita en las esferas de la alta política, fue incluso humillado y reprendido por no vestir traje y corbata. Minutos después, dio por terminada de forma anticipada la visita a Estados Unidos y las relaciones bilaterales siguen lejos de poder considerarse amistosas. Solo la improvisada cumbre con cientos de líderes mundiales en torno a la basílica de San Pedro del Vaticano ha conseguido reunir a ambos de nuevo, pero las diferencias entre uno y otro sobre cómo poner fin a la contienda son enormes.

Mientras Francisco es enterrado y a su alrededor de su funeral se sigue tejiendo la posibilidad de una entente por la paz, la guerra mantiene su curso sobre el terreno. Desde Moscú, el jefe del ejército ha anunciado este sábado que han acabado de expulsar a las tropas ucranias que ocupaban parte de la región meridional de Kursk desde el verano del año pasado. El Estado Mayor ucranio, en lo que aparenta ser una nueva batalla por el relato y la propaganda entre ambos contendientes, ha respondido que todavía mantiene ciertos operativos en la zona, aunque no oculta que la situación de ese despliegue es complicada.

Trump amenaza a Putin con sanciones tras verse con Zelenski en el Vaticano para hablar sobre Ucrania | Internacional | EL PAÍS


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