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A pesar de las repetidas amenazas del presidente Donald Trump de quererse "anexionar" Groenlandia, el parlamento de Dinamarca aprobará un Acuerdo de Cooperación en Defensa (DCA) con los Estados Unidos que garantiza al ejército norteamericano tener un acceso ilimitado a desplegar sus tropas en las bases militares del país nórdico.
El acuerdo ha sido debatido en el parlamento danés pocas semanas después de que el vicepresidente de los EEUU, JD Vance, cualificara a Dinamarca como "un mal aliado", unas declaraciones que indagaron en Copenhague, al igual que lo ha hecho la campaña lanzada desde Washington para hacerse con el control de la isla ártica. Con las relaciones entre los dos países más tensas que nunca, este acuerdo de defensa, que se aprobará en las próximas semanas, está resultando ser de lo más incómodo y controvertido.
Durante los próximos 10 años, el pacto de colaboración en defensa entre Dinamarca y los EEUU no se puede cancelar ni modificar, y da "acceso sin obstáculos" al ejército estadounidense para enviar tropas, almacenar armamento, y realizar ejercicios en las tres bases aéreas danesas situadas en Aalborg, Karup y Skrydstrup. De este pacto quedan excluidas las dos regiones autónomas de las Islas Feroe y Groenlandia, que pertenecen a Dinamarca.
La firma entre los dos países se alcanzó en diciembre del año 2023 bajo la presidencia de Joe Biden en la Casa Blanca, pero hasta ahora no había sido debatido en el parlamento danés. En aquel momento, el acuerdo fue calificado como "histórico" por el ministro de defensa danés, Troels Lund Poulsen, asegurando que "permitiría a Estados Unidos contribuir aún más a la defensa y disuasión colectivas en Europa, una responsabilidad clave de la OTAN". La administración Biden firmó entonces acuerdos similares como el de Dinamarca con el resto de países nórdicos y bálticos, con el objetivo de garantizar una respuesta rápida y coordinada en caso de que el flanco noroeste de la OTAN fuera atacado.
Sin embargo, hoy el clima y las relaciones entre Washington y Copenhague han cambiado radicalmente, y en Dinamarca muchas voces se preguntan si es prudente y coherente facilitar el despliegue de tropas norteamericanas en territorio danés, teniendo en cuenta la creciente incerteza con el papel de EEUU dentro de la OTAN y respecto a sus ambiciones con Groenlandia.
A estas dudas, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha defendido que "la realidad es que hemos construido la defensa de Europa sobre la base de nuestra pertenencia en la OTAN y nos queremos ceñir a esto". Por su parte, el ministro de defensa Poulsen descartó que fuera del interés de Dinamarca dar marcha atrás al acuerdo alcanzado: "al contrario, creo que tendríamos que hacer todo lo posible para mantener la presencia norteamericana en Europa".
Tras el debate del viernes en el parlamento, la mayoría de partidos darán su voto a favor al acuerdo en defensa, aunque los partidos de la oposición han intentado posponer el debate durante meses con la esperanza de que se calmaran las relaciones con EEUU o la situación con Groenlandia se resolviera de una forma u otra.
Sin embargo, en las calles la opinión respecto a los EEUU ha cambiado por completo. En un país en que tradicionalmente se había visto a Washington como un aliado muy próximo, ahora una mayoría rechaza la presencia de tropas norteamericanas en suelo danés, mientras que solamente un 30% la ve con buenos ojos, según publicaba una encuesta del diario Berlignske. El acuerdo firmado rompe con 70 años en que no ha habido presencia de tropas extranjeras en Dinamarca en tiempo de paz, aunque desde el Pentágono han asegurado que, por ahora, no tienen planes de desplegar sus soldados en el país nórdico.
En los medios de comunicación daneses, en estas últimas semanas se habla ampliamente de las iniciativas ciudadanas a boicotear los productos norteamericanos en los supermercados en respuesta a las intromisiones de Donald Trump en la soberanía de su país y de la guerra arancelaria lanzada contra Europa: "El estado de ánimo frente a los EEUU ha cambiado por completo, las políticas de Trump con Europa y Groenlandia han generalizado la idea de que, de repente, podrían surgir problemas. Este contexto no inspira precisamente confianza en invitar a las tropas norteamericanas a estar en el país" aseguraba Mikkel Runge Olsen, experto en política internacional y diplomacia del Instituto Danés de Estudios Internacionales (DIIS).
Pero para el gobierno de Copenhague, la postura parece muy clara en que no hay marcha atrás en estrechar los vínculos militares con EEUU: "la razón por la que el gobierno danés no toma este camino es por el temor de que esto supusiera una escalada en una situación ya de por sí problemática con los EEUU" decía Olsen.
El analista también cree que en el gobierno danés aún no han tirado la toalla para salvar la relación con la Casa Blanca: "Para los políticos daneses, el acuerdo en defensa todavía lo consideran un medio para mantener a Estados Unidos en Europa y mantenerlos interesados en la defensa danesa y salvaguardar, de alguna manera, lo que había sido la piedra angular de la política de seguridad durante 75 años" reflexiona.
Con todo, el acuerdo en defensa también ha levantado las alarmas de organizaciones por los derechos civiles. El Instituto Danés por los Derechos Humanos ha denunciado que "el acuerdo otorga amplios poderes para las fuerzas estadounidenses, sin que Dinamarca pueda investigar ni enjuiciar las acciones de los soldados norteamericanos en territorio danés".
Otro punto polémico del acuerdo es que el texto contempla la posibilidad del despliegue de empresas militares privadas en Dinamarca, lo que ha indignado al partido de extrema izquierda del parlamento. También ha levantado suspicacias una frase del acuerdo en que se hacía una referencia explícita a la prohibición de almacenar armamento nuclear en territorio danés. Finalmente, este punto ha sido borrado en el texto final del acuerdo por una afirmación mucho más ambigua.
A pesar de las repetidas amenazas del presidente Donald Trump de quererse "anexionar" Groenlandia, el parlamento de Dinamarca aprobará un Acuerdo de Cooperación en Defensa (DCA) con los Estados Unidos que garantiza al ejército norteamericano tener un acceso ilimitado a desplegar sus tropas en las bases militares del país nórdico.